Todo lo que hay que saber sobre los escape rooms para niños

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¡Los escape rooms siguen dando mucho de qué hablar! Sabemos que la curiosidad por conocer más sobre ellos te trajo hasta aquí, ¡así que nuestra misión es resolver todas tus dudas! Te contaremos qué son, cuáles son sus orígenes, cómo se juega, cuáles son sus beneficios y muchas razones para que los disfrutes como nunca en familia. ¡Sigue leyendo!

¿Qué son los escape rooms y cómo se juegan?

Un escape room es un juego que ha ganado cada vez más popularidad alrededor del mundo. Se trata de una experiencia didáctica en la que un grupo de personas debe superar pruebas, retos y enigmas para así poder escapar de una sala, en un límite de tiempo definido.

Por lo general, dichos retos giran en torno a una historia que sirve como hilo conductor, y tienen una duración entre 60 y 90 minutos máximo, según su complejidad.

Existen salas de escape para niños, para adultos y para toda la familia. Sin embargo, las dinámicas son siempre las mismas. Y es, más o menos, así:

  1. Entra un grupo de personas a una sala.
  2. Todos están encerrados y se preparan para resolver distintas pruebas para poder escapar.
  3. Si logran responder a todos los misterios en el tiempo establecido y siguiendo las normas, ¡salen!

Así suena sencillo, ¿no? Pero en la práctica hay mucha adrenalina, diversión y aprendizaje.

¿De dónde vienen los escape rooms?

Imagen: pierpressure.co.uk

La historia parece corta, pero es más larga de lo que crees. Aunque el primer escape room abrió en 2008, varias teorías respaldan que sus orígenes datan de finales de los años 80.

Todo comenzó en Japón, gracias al videojuego llamado Behind Closed Doors, creado por John Wilson en 1988. Para poder ganar en este juego, el usuario debía resolver enigmas y superar pantallas con su agilidad mental.

Aunque el diseño del videojuego era bastante sencillo y poco elaborado, la dinámica y la historia fueron suficientes para gustarle a los jugadores y servir de inspiración a una lista de videojuegos que nacieron posteriormente.

Años más tarde (también en Japón), ya en 2004, surgió Crimson Room, un videojuego que consistía en buscar pistas y resolver casos. Poco después, en 2006, nació Origin, un juego desarrollado por ingenieros de Silicon Valley. Este juego de video fue el primero de “point and click” inspirado en una reconocida novela policiaca de Agatha Christie. Todas estas creaciones tuvieron gran influencia en los escape rooms que hoy existen.

¿Cómo pasó toda esta idea de un videojuego a la realidad? Fue en el año 2008, en Japón, que el guionista y director de anime Takao Kato creó el primer juego de escape en vivo, llamado The Real Escape Game. Este estaba basado en los juegos de escape virtuales que tanto le gustaban, y consistía en resolver enigmas dentro de una habitación para poder salir.

Con el tiempo, se fueron perfeccionando los retos, y en 2011 los juegos de escape llegaron por fin a Europa, gracias al húngaro Attila Gyurkovics, quien dio vida a la franquicia Parapark. En 2012, dicha empresa abrió la primera sala de escape en Barcelona.

Beneficios de los escape rooms para niños

Les enseña a trabajar en equipo

Para ganar, hace falta apuntar hacia un objetivo común. Los niños podrán reforzar sus habilidades para cooperar, aceptar normas, seguir reglas y recordar la importancia de la unión.

Desarrollan su inteligencia emocional

Tolerancia a la frustración, mejor manejo del estrés, habilidad para canalizar los errores… ¡Todo eso lo pondrán en práctica en un escape room! Lo mejor es que lo harán mientras se divierten.

Trabajan en sus habilidades cognitivas

Para resolver acertijos y enigmas hace falta convertirse en verdaderos detectives, por lo que tendrán que recurrir al razonamiento lógico-matemático, a la memoria y a la concentración. ¡Una tarea para personas inteligentes!

Mejoran sus habilidades comunicativas

Quien no se comunica, ¡no gana! En este juego, tanto los niños como los adultos deben hablar, escribir, leer y respetar el turno de cada jugador para comunicarse.

Aumentan su creatividad

¡Todo un deleite para la imaginación! Para jugar e, incluso, para crear un escape room, se deben inventar historias, sumergirse en ellas e intentar dar con las respuestas correctas a cada misterio. ¿Qué mejor manera de entrenar la creatividad?

Desarrollan su motricidad

El movimiento es clave en un juego de escape. Para ganar, será necesario armar rompecabezas, abrir candados, moverse por el espacio buscando pistas, escribir y más.

Mejoran la autoestima

Resolver cada enigma es una pequeña victoria; una palmadita en el hombro que les recuerda lo inteligentes que son; que les dice que sí pueden, que lo están haciendo bien. ¡Y eso se celebra!

¿Quieres conocer más sobre los escape rooms? ¡Tenemos mucho contenido para ti!

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